De repente he comprobado
lo poquito que te importo.
(- Tendrá problemas, problemas,
problemas.
- ¡Bah, ya se ocupará ella!)
No sabes cuánto daño.
No tienes ni idea cuánto daño.
Nunca sabrás cuánto daño.
No te diré nunca cuánto daño.
Nunca alcanzarás mi daño.
Mi daño no dormirá contigo.
Olvídate de mi daño.
Qué estúpida, me digo. Pensaba que
eras tierna ahora...
aunque sólo fuera por la edad.
(- ¿Tierna? Nunca.
Que se ocupe ella. Que se ocupe ella.
¡Qué se ocupe ella!)
Como un grito aburrido de rabia.
Como un collar de gato en el cuello de
una leona.Como un desierto quemado en medio de la cama.
Como una solemne y dolorosa verdad escupida a la cara.
De repente.
estremece
ResponEliminaRecorda que el dolor (ben teu, ben legítim)és una cara de la moneda. Dolor, por i tantes coses que ens aferren a la vida... Un petó.
ResponEliminaBlackman